miércoles, 29 de febrero de 2012

29 de Febrero: Leap Day

Hoy es 29 de febrero, el único día del calendario que se da una vez cada cuatro años. La explicación científica es que la Tierra no tarda 365 días exactos en dar la vuelta al Sol, sino que lo hace en casi 6 horas más. Estas 6 horas, sumadas a lo largo de 4 años, dan como resultado un día extra. Ahora viene la discusión, porque según la creencia popular desde la que lo enfoques, el año bisiesto ('leap year' en inglés) puede ser algo bueno o malo (para el que es bueno, sin lugar a dudas, es Eduardo, el primo de mi papá, que  nació un 29 de febrero y, en vez de cumplir 60 años, hoy cumple 15).



Existen varios refranes pesimistas, como "año bisiesto, año siniestro" o "año bisiesto, pocos huevos en el cesto". La creencia de que estos años traerán una mala cosecha proviene de la Roma Imperial, donde febrero era considerado el mes de los muertos y del dolor. Un día extra en este mes era igual a peor suerte y más maleficios. En varias partes del mundo, como en Grecia, casarse un 29 de febrero es considerado de mal agüero para la pareja. Esta teoría se ve "confirmada" por distintas desgracias que pasaron en años bisiestos: el hundimiento del Titanic, el peor terremoto del siglo XX (en China), la Guerra Civil española y los asesinatos de Indira Gandhi, Robert Kennedy, Martin Luther King y John Lennon. Ah, y en el plano local, se cayó la piedra movediza de Tandil, pero no creo que califique como desgracia.


Sin embargo, yo prefiero enfocarme en el aspecto positivo del 29 de febrero. En algunos países europeos,como Inglaterra, Irlanda, Dinamarca y Finlandia, es tradición que los roles se inviertan y que sea la mujer la que le proponga matrimonio al hombre. La leyenda dice que en el siglo V Santa Brígida se lamentó ante San Patricio, el patrono irlandés, porque las mujeres tenían que esperar mucho tiempo para que los hombres les propusieran matrimonio. Entonces, San Patricio decidió que un día cada cuatro años, que para los estándares de la época era muchísimo, las mujeres podrían declarar su amor a los hombres y pedirles que fueran sus esposos. Ese día sería el 29 de febrero. Ni lerda ni perezosa, Santa Brígida le pidió a San Patricio que se casara con ella, pero él la rechazó, y supongo que ahí se le ocurrió la idea de que no fuera obligatorio aceptar la proposición. Para matizar el golpe, él le regaló un hermoso vestido de seda. Así quedó instaurada una tradición que se mantiene hasta hoy, aunque en un tono más festivo: las chicas irlandesas declaran su amor los 29 de febrero, y si son rechazadas los chicos tienen que regalarles algo de ropa. En Dinamarca, por ejemplo, la compensación son doce pares de guantes (¿para qué quiero yo tantos guantes?), y en Finlandia es la tela para un vestido. O el vestido ya hecho, que es mucho más práctico.


Si quieren ponerse a tono con el espíritu del día pueden ver la película "Leap Year" (2010), con Amy Adams y Matthew Goode, que le da un giro moderno a esta tradición irlandesa. Y para las que tengan algún chico en la mira, ya saben: declárense hoy, que lo peor que les puede pasar es que les regalen algo de ropa.


martes, 28 de febrero de 2012

¿Por qué The Red Dress Press?


A mí siempre me gustaron Los Simpsons, pero Martín me supera. Es un fanático enfermo. Podría decir que uno de mis mayores orgullos es haberle ganado una trivia interna sobre la serie que duró, fácil, dos horas. Además, que él tenga todas las temporadas en DVD nos potencia, porque decimos los diálogos por encima de los personajes, y llegamos al extremo de abrir un grupo en Facebook al que bautizamos "Todo por los Homeros" (ya tiene casi 900 fans, todos tan locos como nosotros).


Uno de los capítulos de Los Simpsons con los que me siento más identificada se llama "Noticias Engañosas", y es el último de la temporada 15. Es de los buenos tiempos en que Homero hacía reír y tenía la voz de Humberto Vélez. En este capítulo Lisa empieza un diario independiente y le pone de nombre "The Red Dress Press". Después viene la pelea con el Sr. Burns, que trata de cerrarlo a toda costa porque Lisa se niega a venderlo, y es el único medio independiente que queda en Springfield. En realidad es mucho mejor verlo a que yo se los cuente, pero la cuestión es que Lisa inspira a un montón de gente para abrir sus propios diarios (o como dice Homero orgullosamente, "ahora hay un montón de locos publicando sus opiniones sin valor").


Todo esto viene a cuento porque ayer entré otra vez en crisis. Ya terminé de cursar Periodismo y todavía no encontré laburo, lo que me hace sentir una vaga inútil rodeada de gente estudiosa y trabajadora. Así que empecé de nuevo con el discurso de "no voy a encontrar trabajo nunca", "odio estar completamente al pedo", "todos hacen algo menos yo", "no voy a llegar a nada", etcétera.


Esto habría seguido por horas si Martín (un poco en serio y un poco para que dejara de quejarme sobre la inutilidad de mi existencia) no me hubiera dicho: "¿Y si te hacés un blog?".    Quise refutar la idea inmediatamente, sólo por el placer de seguir hecha un bollo en la cama, pero me di cuenta de que no se me ocurría nada. De verdad era una buena idea. ¿Qué le hace a la web un blog más de otra aspirante a periodista? Martín aprovechó mi lapsus para terminar de convencerme. "Pensalo", me dijo. "Te sirve para entretenerte y aparte podés ir haciendo algo. Después lo ponés en tu currículum, lo podés publicar en Facebook, y aparte le podés decir a los periodistas que seguís que te retwiteen" (él está convencido de que escribo bien sin haber leído nada mío, y yo no me animé a desengañarlo). 


Y así llegué a abrir este blog: para Martín, el primer paso hacia el Pulitzer; y para mí, un espacio de descarga. El nombre también me lo sugirió él, porque los títulos creativos no son mi fuerte. Así que acá, en el espíritu que animó a Lisa Simpson, empiezo con The Red Dress Press. Ya hay otra loca en la web publicando sus opiniones sin valor.