martes, 3 de abril de 2012

Vidas robadas

Allá por el 2008, las noches de Telefé las ocupaba "Vidas Robadas". El protagonista era Facundo Arana, que se involucraba en el tema de la trata de personas y ayudaba al personaje de Soledad Silveyra a buscar a su hija, que había sido raptada para obligarla a prostituirse. Finalmente descubrían que se trataba de una inmensa red de trata que abarcaba a todo el país y que era protegida por distintas personas de poder.

En el primer capítulo, después de unas escenas heroicas de Facundo Arana escalando en las montañas y demás, la historia empezaba así: la hija de Soledad Silveyra tenía que ir al hospital a hacerse unos controles ginecológicos. Ella le daba un beso y la despedía en la puerta de su casa. La chica sólo había caminado unos metros cuando aparecían unos hombres que la subían a un auto y se la llevaban.

***

María de los Ángeles, Marita, vivía con su pareja y su hija de 3 años en un departamentito humilde de San Miguel de Tucumán. Corría el año 2002; la crisis se hacía sentir y el mercadito les dejaba lo justo para comer. No iban a poder afrontar los gastos que implicaba un nuevo embarazo, así que decidió ponerse un diú. Una vecina, Patricia Soria, le dijo que ella podía ayudarla. Era enfermera en la Maternidad y su pareja, le contó, jefe de personal. Él podía arreglarle un turno para evitarse la espera, y sólo le iba a costar 20 pesos. Lo único que tenía que hacer era buscarlo para que le organizara todo. Se llamaba Miguel Ardiles.

Marita no podía pagar los 315 pesos que salía la consulta con un médico particular, así que aceptó la propuesta de Patricia. Fue al hospital, buscó a Ardiles y él la hizo anotar con una enfermera. El médico que la atendió se llamaba Tomás Rojas. Le indicó un papanicolau y una ecografía. La enfermera le dijo que el turno era el día siguiente a las 9:30 de la mañana; que tenía que llevar el DNI para que se lo sellaran.

- Pero yo me sé mi documento de memoria - se sorprendió Marita.

- No importa, lo tenés que traer igual porque acá te lo sellamos.

A Susana, la mamá de Marita, esto no le gustó nada. Le llamó la atención que le dieran un turno con horario, cuando lo común en el hospital es ir a las 4 ó 5 de la mañana a sacar un número, y lo del DNI ya era directamente irregular. Pero Marita estaba confiada en que todo iba a salir bien.

- Quedate tranquila, mamá, cuando tenga que hacerme los estudios y ponerme el diú vos me acompañás.


Ese día Marita se quedó a dormir en lo de su mamá. Al otro día se levantaron temprano y tomaron unos mates antes de salir, Marita al hospital y Susana a hacer unos trámites. Marita tenía puesto un jean viejo, zapatillas gastadas y una remera turquesa que era de su mamá. Salió de la casa en puntas de pie para no despertar a su hija, Sol Micaela. 

Marita le dió un beso a Susana. Caminó unos pasos y se dio vuelta:

- Mamá, comprá la tintura porque mirá cómo tenemos las raíces -. Le sonrió y se volvió a despedir: - Quedate tranquila que enseguida vuelvo.

Susana se quedó un ratito en el zaguán, mirándola irse. Después se fue por su lado. Aunque el instinto maternal le dijera que algo no andaba bien, no podía saber que a unos metros unos tipos se bajaban de un auto rojo y se llevaban a Marita a la fuerza. 

Eso fue hace 10 años.

***

El caso de Marita es la punta del iceberg. El secuestro violento es inusual, y no es el recurso preferido de las redes de trata. Por lo general apuntan a chicas de familias humildes, que no tienen recursos como para organizar su búsqueda. Les prometen un buen trabajo en otra provincia, con suficiente plata como para mandarle a sus papás. Ellas, por necesidad, aceptan. Ellos las secuestran y no se vuelve a saber nada más.

En su recorrido por los prostíbulos de Tucumán y La Rioja, Susana Trimarco rescató a 20 chicas. Algunas de ellas vieron a Marita. Le habían teñido el pelo, le habían puesto tacones y lentes de contacto. Marita es un caso emblemático, todos la conocen; pero como ella hay decenas, cientos, miles de chicas en toda la República Argentina.


La trata de personas es la esclavitud del siglo XXI. Desde que en nuestro país se sancionó la Ley contra la Trata de Personas, en agosto de 2008, fueron liberadas 2774 víctimas. Sólo en 2011, casi 1600 personas recuperaron la libertad. Por lo general, los varones son explotados laboralmente, y a las mujeres las buscan para la explotación sexual. Sin embargo, la Ley va a ser modificada por dos razones: la primera es que no considera la contención que necesita la persona que es rescatada de la esclavitud. Y la segunda, es que establece diferencias entre las víctimas menores y mayores de 18 años. Si sos mayor, tenés que demostrar que te estás prostituyendo contra tu voluntad, y esta es una excusa ideal para los miembros de las redes de trata.

Atrás de estas redes, hay una inmensa maquinaria de poder que todavía no salió a la luz. Las 13 personas que están siendo juzgadas por la desaparición de Marita Verón no son nadie adentro de la organización. Se encargan de marcar y secuestrar a las chicas, pero no son los que tienen el poder. Para que una red de trata pueda desaparecer, torturar, prostituir y trasladar personas por todo el país tiene que haber gente poderosa involucrada. Susana Trimarco apunta contra policías, jueces y funcionarios políticos.


El aspecto positivo es que el caso Marita Verón ayudó a darle visibilidad al tema de la trata de personas. La gente ha empezado a denunciar mucho más, y se llevan adelante distintas campañas de concientización. La trata nos rodea. Todos conocemos por lo menos un prostíbulo que está cerca de nuestras casas. ¿Estamos seguros de que son putas? ¿Estamos seguros de que están ahí porque quieren? No pido que desmantelemos las redes de trata, pero empecemos por lo básico.

Sin clientes no hay prostitución.

Sin prostitución no hay trata.


5 comentarios:

  1. yo sé que estas cosas existen, pero no puedo creerlo...

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  2. Es tremendo, y pensá la cantidad de gente con poder que tiene que estar involucrada. Si no, no se explica tanta impunidad.

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  3. Tu relato de la historia de Marita es tan concreto y contundente que hace que hasta el más distraído sepa de qué se está hablando. Hay poca consciencia de la magnitud de este fenómeno y este texto y las fotos contribuyen a romper el cerco!

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