lunes, 5 de marzo de 2012

Lunes otra vez

Es un hecho indiscutible que uno de los peores inventos de la humanidad es el día lunes. No sólo hay que levantarse temprano y arrancar con la rutina, sino que lo empezás a sufrir con anticipación porque ya te arruina el final del domingo. Todas las cosas que querrías postergar eternamente (el estudio, el trabajo, la dieta, el gimnasio) vienen pegadas a la frase "el lunes empiezo". Por eso hoy, revolviendo el café de las siete de la mañana, se me ocurrió preguntarme qué malvado antepasado habrá inventado el día lunes, así como también me gustaría saber quién fue la primera mujer que se depiló y nos arruinó la vida a todas. Y esto fue lo que averigüé (con respecto al lunes, no a la depilación).

Ya tienen un objetivo concreto al cual dirigir su odio: la culpa de todo la tiene la luna. Cuando las civilizaciones antiguas quisieron establecer los primeros calendarios, se guiaron por los ciclos de la naturaleza. Empezaron a medir la edad de un persona a partir de la cantidad de derretimientos de hielo que había vivido, es decir, la cantidad de transiciones de la primavera al invierno. De esta manera, pudieron establecer un ciclo de cuatro estaciones que se repetían (primavera, verano, otoño, invierno) y así midieron los años. Más adelante, mirando el cielo, notaron que la luna también tenía cuatro ciclos: luna llena, menguante, nueva y creciente. La luna tardaba 28 días en completar la ronda, lo que daba origen a cada uno de los doce meses. Y a su vez, cada una de las fases de la luna duraba siete días: así nacieron las semanas.



Para poder establecer un criterio común, era necesario ponerle un nombre a cada uno de estos siete días. Los antiguos astrónomos habían observado que la mayoría de los cuerpos celestes no cambiaban de posición a lo largo del año, pero había siete que sí lo hacían: el sol, la luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. Entre los siglos I y III, los romanos comenzaron a utilizar este calendario y usaron la palabra septimana (en latín, "siete días") para denominar a la semana. Cada uno de los días estaba regido por un cuerpo celeste y, por lo tanto, por un dios relacionado con él según la mitología:

Lunes (lunae dies), el día de la luna y de Vesta, la diosa del hogar.
Martes (martis dies), el día de Marte, el dios de la guerra.
Miércoles (mercurii dies), el día de Mercurio, el dios del comercio.
Jueves (iovis dies), el día de Júpiter, el dios supremo protector del Imperio Romano.
Viernes (veneris dies), el día de Venus, la diosa del amor.
Sábado (saturni dies), el día de Saturno, el dios del tiempo.
Domingo (solis dies), el día del sol y de Apolo, el dios de la luz y la curación. 



Los nombres de los días también fueron influenciados por la religión cristiana. Según la Biblia, Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó, lo que da origen a los siete días de la semana. En español, la palabra sábado proviene de la fiesta hebrea del Shábbath, y domingo del latín domínicus, o sea "del dóminus", "del Señor", "del dominador", ya que era el día consagrado a Dios.

Ahí está la explicación: todo tiene su origen en los planetas y en la mitología romana. Así que para tener un buen lunes, adoren a la luna y récenle a Vesta (dicen que prendiendo una vela naranja en su nombre se siente su presencia amistosa y cálida), que no hay mucho más que podamos hacer salvo ponerle onda y buscarle el lado místico. ¡Buen lunes!

6 comentarios:

  1. Malditos Romanos, confiábamos en ustedes!! Pequeños demonios

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    1. Igual, aunque le hubieran puesto otro nombre habríamos odiado los lunes igual. Quiero el día Osvaldo!

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  2. muy interesante! me gusta! exitos!

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  3. Me encanto María te felicito

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